Siento como brasas ardiendo en mi
interior, brasas al rojo vivo. A pesar de mi discapacidad física ellas persisten, me motivan, me levantan, me
hacen volar.
¿Por qué escribo un blog? Todavía no lo
tengo muy claro. No intento ganarme amigos, los que tengo me son más que
suficientes. Desconfío de la gente que tiene muchos amigos, seguramente porque
en el fondo pienso que la amistad está sobrevalorada en estos días. Pero sí
creo en los enemigos, ellos son más
fieles, siempre estarán ahí para ponerte el pie, para verte caer, para burlarse
después. Sólo cuando te vean perdido ellos se sentirán afortunados de haber
estado contigo. Así te partas el alma o termines con un par de dientes menos en
esas caídas hondas (mismo panelista de Laura Bozzo), ellos, los enemigos, no se
apiadarán. Y yo, a lo mejor, he acumulado muchas enemistades.
Voy a cumplir treinta y ocho años, más
de la mitad de mi vida la estoy pasando sentado en una silla de ruedas. Sin
embargo, me siento cómodo, y no lo digo por el confort, desde luego, sino por
la paz que encontré en esta silla. Probablemente de pie no hubiera llegado a
los treinta y ocho, señores, pero aquí
estoy.
Bienvenidos mi blog: 1994 el imparable. Escogí
ese nombre por que desde ese año deje de caminar, de correr, de saltar, deje de
ser imparable para la mayoría. Pero, si bien no puedo sostenerme sobre mis pies,
yo siento que sigo siendo imparable porque me gusta hacer las cosas sin detenerme
jamás.
E.
IMPARABLE TE FELICITO SIGUE PA LANTE CAUSA NO TE DEJES BATERIA ESTAMOS CONTIGO CHOCHE
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